La cervicoartrosis es causa frecuente de preocupación profunda para los ortopédicos, neurocirujanos y especialmente para los fisiatras. Su morbilidad es alta y frecuentemente la padecen personas en edad laboral, lo que contribuye a la disminución de su productividad y actividad social, con deterioro de su economía.
La afección se manifiesta clínicamente por dolor en la región cervical, que se agrava con los movimientos, y evoluciona mediante crisis con exacerbación y remisiones, rigidez de la nuca, dolor escapular y braquialgia unilateral o bilateral seguida de parestesias digitales con agravación nocturna. El dolor se puede irradiar a la región precordial y simular a veces un cuadro de trombosis coronaria. Incrementa las molestias, la adopción de posiciones que impongan semiflexión anterior de la cabeza, y al efectuar movimientos el paciente experimenta sensación de crepitación. Hay dolor ante la movilización y percusión de las apófisis espinosas, así como ante la compresión en el lugar de las raíces nerviosas.
Los tratamientos fisioterapéuticos usados habitualmente en las algias cervicales han sido: la aplicación de calor en la región cervical y la tracción mecánica, frecuentemente combinadas con masajes y corrientes analgésicas y con resultados en algunos casos satisfactorios, aunque no lo suficientemente alentadores por lo prolongado de los procedimientos y por la frecuente recidiva del dolor. La frecuencia de estos síntomas y la necesidad de acortar el tiempo de tratamiento impulsó a la búsqueda de técnicas tan antiguas como la quiropraxia, que había sido desplazada por el desarrollo de la tecnología.
Quiropraxia, etimológicamente significa: quiro, manos, y praxia, práctica. Es conocida desde el siglo xviii. Actualmente mediante la quiropraxia se manipula la columna vertebral cervical y resulta una técnica muy útil que sólo exige de las manos y de las habilidades del ejecutor. Puede aplicarse en cualquier lugar, por no necesitar recursos materiales. Además, la respuesta al tratamiento se pone de manifiesto en corto tiempo con alivio del dolor y mejoría de la función.
A diferencia de los tratamientos convencionales en los que se utiliza la tracción mecánica, precedida de calor o acompañada del uso de corrientes analgésicas, en las cuales el empleo de recursos y energía eléctrica son elevados y los resultados se obtienen en más tiempo y con rápidas recidivas, la quiropraxia no necesita ser asociada con otras técnicas fisioterapéuticas, excepto un poco de calor (que puede llegar a obtenerse frotando con las manos), por lo que la consideramos un arma importante dentro del arsenal médico, fundamentalmente en la medicina de campaña.
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En el 81 % del total de pacientes del grupo tratado con quiropraxia desapareció la afección, mientras que en los tratados con calor y tracción cervical, resolvió el 51,1 %.
Los pacientes que curaron con quiropraxia lo hicieron entre la tercera y la quinta sesión, mientras que los tratados con calor y tracción cervical lo hicieron entre la sexta y la décima sesión.
Fueron necesarias un promedio de 5,2 sesiones para la desaparición de los síntomas con la quiropraxia, en tanto que con el calor y la tracción cervical, la cifra promedio necesaria fue de 8,5.
En el grupo de quiropraxia sólo presentaron recidivas a los 3 meses el 12,8 % de los pacientes; mientras que en el grupo tratado con calor y tracción cervical, el número de recidivas fue de 41,7 % (3 veces más que en el grupo tratado con quiropraxia).
Mole muy bueno el blog. La informacion muy completa y los videos la verdad que ayudan mucho...saludos.
ResponderEliminarEsta bueno conocer otro tipo de tecnicas y no quedarnos solo con el tipico calor y masaje!!! muy bueno chicos!
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